Es completamente normal que cuando necesitas nuestros muebles de terraza de mimbre en Madrid Centro, te centres únicamente en conseguir el que más encaje contigo. Pero, ¿te has parado a pensar en que estás confiando en un material con milenios de historia? En este nuevo post, hacemos un breve repaso a sus orígenes.

El Mediterráneo es, sin duda, una de las más importantes cunas de la civilización. A orillas del Mare Nostrum se han venido desarrollando desde la prehistoria muchas de las características del mundo occidental de hoy, como lo es, por ejemplo, la fabricación de manufacturas tradicionales, entre las que se encuentran los distintos objetos hechos de mimbre que llegan incluso hasta nuestros días.

El mimbre y el esparto son dos plantas muy típicas y abundantes en la España mediterránea. Tanto es así que los romanos llamaban al sureste peninsular Campus Spartarius. En algunas zonas se han encontrado cestillas fabricadas con fibra de esparto que tienen más de 6.000 años de antigüedad. Eran utilizadas tanto para el comercio como para guardar comida o transportar cualquier tipo de objetos.

Secando y tratando convenientemente las fibras de estas abundantes plantas se podían producir infinidad de utensilios necesarios para el día a día de las personas. Uno de los usos más importantes de la antigüedad, además de las cestas, fue la creación de alpargatas, el calzado más antiguo fabricado en la zona. Estas alpargatas de esparto son las precursoras de que hoy en día siga existiendo una importante industria zapatera en la zona del Levante.

Estas fibras se empleaban igualmente para fabricar cuerdas, tan importantes en el comercio y en la navegación, para los barcos. Así mismo, se producían utensilios para el hogar, como esterillas, alfombras, sombreros, sombrillas y persianas para protegerse del sol.

Ahora, en pleno siglo XXI, empresas como Estilo 2 Bambú S.L. te lo ponemos muy fácil y ahora puedes adquirir muebles de terraza de mimbre en Madrid Centro y muchos más elementos decorativos y funcionales. Sin embargo, el saber nunca ocupa lugar.